Black Metal Satanica, de Mats Lundberg
Existen formas de pensamiento, y por extensión toda su ejecución o contagio de las mismas, que son condenadas ya desde su inicio mismo como deplorables visiones al respecto del mundo. Una de las más criticas, aun cuando quizás sean de las más sugestivas y comunes a lo largo de toda la historia, es la del satanismo no tanto como adoración estricta de Satán ‑lo cual es, además, una rara avis en esta clase de cultos- sino como método de liberarse del férreo yugo cristiano. A lo largo de toda la historia es común conocer aquelarres y todo tipo de ritos considerados satánicos que no eran más que la adoración sistemática no de una figura oculta en las tinieblas perpetradas por una divinidad imposible, sino precisamente por el disfrute sin condiciones que los representantes de esta prohibían sistemáticamente a los individuos. Los rituales satánicos del pasado más que satánicos eran meramente paganos, redundando en el buen comer, el erotismo, el baile y los misterios producidos por los efluvios de las drogas que producían en su conjunto un éxtasis tan profundo como placentero.
Por supuesto hoy el satanismo es una reminiscencia asusta viejas del pasado, de no ser por el aterrador influjo que sostiene al respecto de éste un género tan apropiado para el terror irracional como es el black metal. Éste articularía todo su discurso a través de un satanismo ilustrado que devendría finalmente en toda clase de discursos misántropos que devendrían de igual forma ya no sólo en un deseo de aniquilación de toda la humandiad, sino en la obliteración de toda forma de existencia; la reactividad que proyectan en el mundo no es propia de un pensamiento satánico, sino precisamente de un pensamiento cristiano que agota toda existencia a la propia aniquilación de esta. A este respecto Black Metal Satánica es precisamente una caracterización de ese sentir dionisiaco que envuelve el satanismo, o lo será al menos si interpretamos el black metal como algo que va más allá de forma profunda con respecto de esa actividad reactiva: cuando los blackers usan el satanismo como toda aspiración última no están haciendo una pretensión de agredir la idea de Dios por oposición en su rival, sino que pretenden ensalzar lo destructiva que es toda perspectiva cristiana ‑ya sea de Dios o de Satán, pues ser satánico implica de facto se cristiano- en el mundo.
En éste sentido el documental nos va resaltando desde sus inicios no sólo el lazo de unión de los grupos escandinavos con la tierra, auténtico eje vehicular del black metal, sino como también el satanismo es sólo una manera de caracterizar la oposición que suman al respecto del mal propio del cristianismo. Ellos no creen en Satán, como no creen en ninguna otra fuerza trascendental en tanto ateos, sino que utilizan el satanismo como hacían uso de él la gente en la edad media, como una excusa perfecta para asustar a los cristianos y poder permitirse combatir a través de libertinas formas de vida ‑en éste caso, simple y llanamente combativas- las ideas cristianas que articulan todo su pensamiento. Es por ello que cuando resaltan de forma constante los grupos que no creen que su música sea violenta, porque nace en oposición a la violencia asesina del cristianismo ‑lo cual lleva a la proposición más repetida e interesante: critican el cristianismo por reactivo, no por ideológico; lo que les molesta del cristianismo es que destruye al hombre en cuerpo y alma, no otra cosa.
A la luz de estos acontecimientos, y en su resaltar constante por parte del documental con la intención de circunscribirlo como acontecimiento regidor de todo el discurso propuesto, se anula toda idea del black metal no sólo como satánico, sino como misántropo. Lo que resaltan de forma constante algunos de los miembros, particularmente gente como el rabiosamente inteligente E. Danielsson de los abanderados contemporáneos del género, Watain, es que de hecho el black metal quiere liberar a la tierra de la repugnante ola asesina que acompaña de forma constante en la historia al cristianismo; sus motivos no son innobles o psicóticos, sino que de hecho toda pretensión que estos conceden a su discurso es la de pretender liberar a los pueblos. Lejos de la actividad exclusivamente catártica de las actividades satánicas del pasado, que ya es de por sí de un gran valor, los blackers deciden canalizar toda esa fuerza en el intento de destruir de forma radical la repugnante letanía que construye a su alrededor el cristianismo como una realidad articulada como única posible en sí misma. Es por ello que los blackers se les puede considerar una suerte de ángeles matéricos, caballeros andantes de oscura figura cuya pretensión final no es aniquilar la humanidad, sino precisamente salvaguardarla de la tiránica meta de los líderes de la esclavitud.
Esto nos conduce precisamente hacia el corazón mismo del problema, ¿en qué lugar deja esta pretensión al unblack metal, subgénero cristiano, y el NSBM, subgénero neo-nazi? En unas rara avis tan ridículas que ni siquiera deberían ser denominadas como black metal. El género combate esas formas de pensamiento que, como parásitos, se pretenden apropiar de él para así poder conseguir adeptos para su causa en los ejércitos de los que son por elección propia sus enemigos más radicales; cualquier pretensión de convertir el black metal en una realidad metafísica, ya sea esta política o religiosa, devendrá necesariamente en el fracaso que supone la inoperancia de tal posibilidad ‑lo cual incluye los gorgoritos de Hunter Hunt-Hendrix pretendiendo al género lo que no es: trascendental. Cualquier idea regidora del black metal debe ser necesariamente inmanente, apegada a la realidad material del pasado de la tradición de la cultura en la que se circunscribe, siempre en guerra contra el cristianismo y toda idea trascendental de la existencia. Nada más se esconde detrás de los gritos abisales de estos regios caballeros de la oscuridad, los señores de la noche que recuerdan pacientes las tradiciones de su tierra como condición necesaria para volver a conquistar la libertad material que el cristianismo nos arrebató.
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