Es peligroso confiar exclusivamente en nuestras expectativas. Aunque deshacerse de la primera impresión siempre es un trabajo difícil, en especial si ésta ha sido negativa, no podemos confiar toda nuestra suerte en el primer pensamiento que nos suscita un individuo dado. Incluso si ese individuo es un anime. En el caso de la temporada de verano, esto se ha hecho particularmente patente. De las tres series en que habíamos puesto nuestras expectativas ninguna de ellas consiguió superar cierta irregularidad heredada de su guión, incluso cuando experimentan con un gusto exquisito en términos de animación o escritura haciendo hincapié en el caso de Ranpo Kitan: Game of Laplace, la joya de la temporada — , y aquella en la cual no teníamos particulares expectativas ha acabado siendo la apuesta más sólida de la temporada. En esta santa casa hemos acabado siendo fanáticos de Prison School, pero no por encima de su muy superior manga. Aun con todo, las dos series que más han destacado han quedado fuera de la lista: Ore Monogatari!, que al tener temporada de veinticuatro episodios aparece en la lista de primavera, y Durarara!!x2 Shou, que es una secuela.
Eso no significa que la temporada haya sido mala, mas al contrario: de las tres que llevamos, ha sido la más sólida con bastante diferencia. Aunque es cierto que en términos de escritura les ha faltado a todas un punto para alcanzar la genialidad, o que de hecho no ha habido ninguna que haya terminado de asentarse como un must see, su calidad ha superado ampliamente la media ya no del anime, sino de la televisión en general. Lo cual no es poco. Por su parte, la temporada de otoño se presenta movida con hasta siete animes que debemos seguirles la pista. En tanto la recién estrenada temporada de otoño de anime se presenta bastante interesante, hasta el punto tener que dejar fuera tres series que podríamos arrepentirnos en el futuro de no haber añadido, no seguimos dándole vueltas. Allá vamos.