No tomo tus palabras
simplemente como palabras.
Estoy alejado de eso. Escucho
lo que te hace decirlas—
lo que ellas quieren ser—
escucho.
El reto de la poesía es decir aquello que no puede decirse, traer al mundo aquello que existe a pesar de no poder ser nombrado. En tanto arte esencial de la metáfora, y partiendo de que todo concepto antes de ser unívoco y conocido ha sido por necesidad una metáfora que evoca su sentido, la poesía tiene la función de crear el lenguaje de lo innombrable; todo lo que no se puede decir, porque no existen las palabras o la posibilidad de articularlas, es lo que debe decir el poeta. El poeta es el más bajo de los dioses y el más alto de los hombres. Aquel poeta que consigue dinamitar su tiempo y llegar más allá, entendiendo por poeta cualquiera que se apropie de la metáfora como casa y camino de aquello que no puede expresar, es el que ha logrado hacer de su arte algo que trasciende la grosería de pretender decir lo que todos sabemos con palabras equívocas. Poeta es quien dice algo oculto en las palabras corrientes, quien nos muestra aquello que no sabemos escuchar.