El terror se esconde entre los pliegues de la historia como la sangre empapa los tejidos del acuchillado y el misterio anida burlón en la mente de los hombres. Eso y nada más que eso es From Hell de Alan Moore.
En este minucioso y descomunal trabajo Alan Moore nos cuenta la historia de Jack el Destripador salpicada por sus buenos tintes de ficción. Eligiendo un hipotético Jack nos desgrana la historia de lo que pudo haber sido la historia de el Destripador en una mezcla de datos históricos y creación ficticia. Ayuda muy convenientemente el dibujo de Eddie Campbell, con un trazo errático, sucio y feísta, siempre jugando con los claroscuros que no nos permiten ver más allá de lo que la bruma del pensamiento quiere que veamos. La historia se torna aun más oscura y confusa con un dibujo que enfatiza lo turbio y absurdo de intentar reconstruir la historia del asesino más famoso de la historia. El caos que se arremolina en los saltos de la historia, en sus continuos cambios de ritmo y su extensa y laboriosa lectura nos dan una visión tan insondable y falsa como noble.
¿Quién es Jack el Destripador? No nos importa. Quizás fuera el cirujano o el cochero real, quizás fuera un conspirador masón o quizás un mero misógino que se desquitaba con brutalidad quirúrgica con los objetos de sus odiados anhelos. Demasiado tiempo a nuestras espaldas tiene como para que su identidad algún día se sepa y no debería importarnos. Jack el Destripador no existe, era un constructo mitológico que destruyo la era de las luces, el que apago la luz de la razón para dejarnos frente a la luz observadora de la contemporaneidad. Una construcción de la prensa sensacionalista que buscaba crear un fenómeno que conmocionara Europa para vender mejor sus periódicos, una luz iluminadora que aterrara y fascinara a la humanidad. Jack el Destripador es solo el inicio de la contemporaneidad, el primer monstruo de la posmodernidad.
Ante esta perspectiva, ¿qué nos importa si era tal o cual persona? El asesino de Whitechapel y todo lo que le confiramos son solo nuestras hipótesis que alimentan el gran triunfo del cambio de paradigma, el cambio de la edad moderna a la edad contemporánea. Él es el último romántico, el sentimental que al convertirse en el auténtico ingenuo inauguró una época donde ya no podemos hablar de la búsqueda de la naturaleza perdida, porque él iluminó nuestra propia naturaleza. Después de él, la búsqueda de la naturaleza no tiene sentido, porque Jack el Destripador somos todos. El hombre nace en la sangre y las tripas extirpadas de las prostitutas de Whitechapel.
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