crece el perdedor que conserva el honor

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La muer­te de un ni­ño es al­go tris­te, su fu­si­la­mien­to una tra­ge­dia y pa­ra Les Joyaux de la Princesse es la po­si­bi­li­dad de es­cri­bir uno de sus dis­cos con­cep­tua­les al­re­de­dor del na­zis­mo francés.

Aux pe­tits Enfants de France es un dis­co que en­cie­rra la ban­da so­no­ra de una épo­ca, la Francia ocu­pa­da en la se­gun­da gue­rra mun­dial y mas es­pe­ci­fi­ca­men­te, la si­tua­ción de los ni­ños aban­do­na­dos y/o pre­sos. Entre rui­do­sos es­pas­mos in­dus­tria­le­ros y lú­gu­bres so­na­tas a ór­gano nos pre­sen­ta es­ta os­cu­ra y de­so­la­da reali­dad so­lo in­te­rrum­pi­da por dis­cur­sos in­ser­tos den­tro de las pro­pias can­cio­nes. Niños ham­brien­tos en la ca­lle, en or­fa­na­tos per­di­dos don­de no in­tere­san a na­die o sien­do fu­si­la­dos por una bar­ba­rie pre­me­di­ta­da, es­to es lo que nos evo­ca Erik Konofal en es­ta cruel vi­sión de una de las épo­cas mas con­vul­sas de Francia.

Lúgubre, tris­te y des­es­pe­ran­za­dor, co­mo la his­to­ria de los ni­ños que tu­vie­ron que apren­der a ser adul­tos de­ma­sia­do rá­pi­do. Aquí ya­ce un ni­ño des­co­no­ci­do de 13 años fu­si­la­do el 24 de Junio de 1944.

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