Cualquier pequeño desliz en la historia hubiera provocado que todo hubiera sido completamente diferente. Esto lo tiene muy claro el siempre brillante Warren Ellis en su cómic Ruinas.
El fotógrafo Philip Sheldon va investigando por todo Estados Unidos los casos de los superhéroes buscando que es lo que pudo salir mal para que el mundo se venga abajo. En este universo paralelo de Marvel los superhéroes o están bien muertos o bien son proscritos peligrosos que van contra la ley. Aquí no son más que figuras trágicas lastradas por unos poderes que, sumados a su angst existencial, les lleva a la absoluta perdición de la que jamas podrán huir. Sheldon nos va presentando las pruebas una a una, sin descanso, abordando todo lo que puede en el menor tiempo posible, tiene poco tiempo para hacerlo. El campo de concentración skrull, la muerte de Los Vengadores, un Hulk tumoral o la prisión de superhéroes cuyo alcaide es Fisk. Un patético mundo cuya acelerada existencia va paralela a la acelerada presentación de todas las pruebas. Solo al final, antes de que sobrevenga la muerte, podemos vislumbrar que es lo que pudo salir mal, cual fue el error fatal e insignificante que llevo al mundo al caos.
Incluso el más insignificante hecho puede cambiar la historia de un modo aterrador. Un mundo de oro, de color y felicidad puede convertirse en el más brutal y cruel de los mundos de hierro, tonalidades de negros y tristeza infinita. A veces, una persona normal, un héroe, su decisión, es lo que puede decidir si el mundo sera más o menos triste y oscuro.
Deja una respuesta