El gran triunfo del orden social dominante es la capacidad de desarticular los componentes subversivos de toda expresión artística que sea creada en su seno. Así los discursos que tiempo atrás eran una soflama contra un capital descarnado se convierten, lentamente, en asumidos espejos vacuos de una sociedad más preocupada en lucrarse que en intentar ver algo más allá. Por eso está bien hacer, por una vez, el ejercicio contrario y hacer del discurso neutralizado una pieza de arte muy incómoda a través de All The Nausea That’s Fit To Print de Mansfield.
Durante toda la canción la poco sugerente voz de una señorita nos va narrando una serie de noticias y estadísticas, sin apenas pausa entre las mismas, narrándonos con una precisión quirúrgica cada aspecto de la sociedad que está decayendo. La melodía de guitarra, sencilla, preciosista, sólo hace de marco a través del cual dar un especial énfasis a la común y no por ello menos dramática narración que nos presenta la indómita locutora. Este breve fragmento de las noticias de Democracy Now! cobra un nuevo sentido ya que, no sólo nos informa, sino que en su musicalización gana un componente más allá, una cierta connotación sentimental. En ese aspecto musical estamos más receptivos a escuchar lo que nos comunica y, con ello, llega un cierto pánico social que, ni muchísimo menos, las noticias de los medios comunes serían capaces de comunicarnos jamás. Y he aquí el gran trabajo de Mansfield, canaliza un discurso político a través de la música para re-activar el sentido crítico ya no sólo de la información, sino de aquel que escucha, anulado por una saturación obscena de información continua. La delicada All The Nausea That’s Fit To Print nos narra una historia brutal que se queda grabada en nuestro cerebro que, además, es parte de la realidad.
Una sociedad patológica se descubre como absolutamente enferma cuando el ver sus síntomas se considera con naturalidad en vez de nausear su actitud crítica. Las arcadas ideológicas que nos pudiera llegar a suscitar Mansfield a través de lo que nos narra es sólo una muestra más de que algo no está funcionando bien. Pero es una demostración bella y aterradora, tan absolutamente genial y perfeccionada que consigue lo que parecía imposible: llegar a las conciencias anestesiadas. Y eso es mucho más de lo que conseguirán la mayoría.
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