Where Were U In ’92?, de Zomby
La condición temporal se ha distorsionado en la contemporaneidad hasta llegar al punto de convertirse en un hecho totalmente ajeno a la noción misma de tiempo. De éste modo podemos ver, como de hecho ya hemos resaltado más de una vez, como la reivindicación de lo retro desde la evocación del recuerdo tiende a venir de la mano de jóvenes que, por entonces, dificilmente habían incluso ni nacido; la cultura de la reposición ha creado un miasma enquistado que hace creer a generaciones enteras que han vivido épocas que no han conocido. Esto es algo que se da especialmente, seguramente por su popularidad, con los contenidos audiovisuales como vemos con las reivindicaciones de series hoy ya clásicas ‑algunas de ellas, para más inri, totalmente ajenas de su época; ahora llegaremos a eso- por parte de un público que, por edad, han podido ver sólo sus reposiciones. Lo grotesco sólo se daría cuando pensamos este mismo hecho con respecto de la música donde a través de diferentes repositorios musicales, desde MTV hasta Youtube, se han originado auténticas mitologías de las décadas pasadas por parte de los jóvenes de cada tiempo; los jóvenes han vivido lo retro indirectamente a través de la selección dada por una serie de contenidos que no necesariamente sintetizan el espíritu dado de una época.
Partiendo de esta premisa Zomby nos preguntaban en su primer disco, ya desde el mismo título que donde nos encontrábamos nosotros en el ’92. ¿Por qué esta pregunta? Esta pregunta alude al conocimiento de una época, el principio de los 90’s, en el cual comenzaría el auge cada vez más obsesivo de la escena rave, con una especial predominancia por aquel entonces del sonido del UK garage. La apuesta de Zomby sería, precisamente, rescatar este sonido haciendo una síntesis que nos permita evocar significativamente que significaba, en términos sonoros, una época que es común aceptar como propia pero, de hecho, nos resulta ajena en sus formas más cercanas a la electrónica.
Durante todo el disco va articulando, sobre unas buenas bases de dubstep, un acercamiento tímido hacia sonidos más propios de, como bien podría ser un sonido más apegado a las raíces funky de la electrónica, intentando siempre sintetizar siempre una imposible contextualización del sonido de la época en la actualidad; Zomby permuta el espacio (sonoro) del pasado, por ejemplo haciendo un sonido similar al UK garage a través del chiptune, con las formas preeminentes del presente, como unos muy predominantes wobble bass. Todo esto crea una atmósfera viciada que sintetiza los sonidos cargados de una época pasada como lo es el momento de auge de la cultura rave. Pero por supuesto no se queda en esto sino que, para poder resucitar el zeitgeist de esa época, hace alusiones constantes, generalmente a través de samplers, hacia objetos culturales reconocidos de esa época: desde Blade Runner hasta el Street Fighter II pasando por un Skeletor de tres ojos Zomby articula una cantidad ingente de símbolos, modos y secesiones de una época específica como modo de sintetizar a través de una catarsis pop. El problema de este ejercicio es que está, por necesidad, falseado.
Cuando uno se acerca al disco de Zomby no deja de encontrar un pastiche de referencias sacadas del imaginario popular del que supusieron los 90’s, pero jamás encontramos una auténtica búsqueda de que supuso esa época en sí misma. Efectivamente encontramos voces femeninas heredadas del funk con distorsiones ligeras y un estilo garage roto que nos recuerda ese espíritu juguetón tan propio de la música de la época, pero no deja de ser una mímesis basada en la recopilación de datos producida en el contexto de una serie de repositorios comunes. Aunque efectivamente el sonido nos puede recordar a gente como Grant Nelson o Shanks & Bigfoot la articulación de éste sonido se hace desde la recopilación de lo que mejor suena de una época sin molestarse en conocer las incidencias profundas que suponen esa época. Es todo apenas sí una actualización de lo que deberíamos suponer que se haría si, en vez de en los 90’s, fuera ahora cuando se diera el cenit de una cultura rave original heredada de la música negra.
¿Y cual es el problema de esto? Ninguno. Para su labor Zomby descontextualiza, mezcla y vacía de significación todo sentido profundo de los elementos que coge para formular una composición propia, completamente única, que evoca a los 90’s sólo en la medida que quieras que evoque a los 90’s. El triunfo absoluto del disco es conseguir hacer un juego metatextual en el que, a través de las herramientas propias de la espectrología, se pueda desenmascarar a aquellos que pretendan traer al presente épocas pasadas a través de la fisicalización Lo Retro sin mediar una adecuada contextualización de los mismos; Zomby desarticula el discurso sobre qué fueron los 90’s cargando de ironía la potencial visión generalista de la época como una concatenación de referencias (musicales y extramusicales) a las cuales aferrarse para ser retro. Antes de que nadie pueda adoptar esta visión como La Visión de los 90’s él la destruye completamente al infectarla de un carácter metafórico, ¿y cómo hace esto? Simple y llanamente cargando ideológicamente el discurso al hacer transparente el juego irónico que sobre este mapa sonoro despliega; subsume la visión de los 90’s original ‑el que, si existiera hoy, consideraría la visión retro de su época como equivocada- en el discurso . De éste modo Zomby nos enseña como confrontar los fantasmas del pasado y a quienes intentan traerlos al presente: cargando de consciencia e ironía la visión sobre el pasado.
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