Una velada de Halloween sin un cuento de terror, sería menos Halloween. Por eso hemos llamado a Andrés Abel, un más que solvente escritor de terror como nos demuestra su web homónima, para que escribiera algo para la ocasión; por ello nos ha traído la traducción de uno de sus relatos, Eat the World, publicado originalmente en inglés en Long Pig, una antología sobre canibalismo de la editorial americana Static Movement. Sin más dilación: «Comerse el mundo».
El último hombre vivo contempla la ciudad a través de la ventana de su despacho. Mientras lo hace dibuja pequeños círculos, con la punta de un dedo enorme, sobre la piedra que corona el alfiler de su corbata.
***
Cuando no tienes nada en absoluto puedes resignarte o volverte ambicioso. Él nunca se resignó. Creció rodeado de ratas hambrientas y de personas que aún lo estaban más, pero la mujer que lo había llevado en su vientre a aquellas costas siempre vio arder cierta llama en sus ojos. A ella le gustaba decir que alguien como él podía comerse el mundo. En español es una expresión que significa “triunfar” pero, en aquella época, cuando el rumor de sus tripas acallaba el de las olas que los habían empujado hasta allí, él se la tomó de una manera mucho más literal. Y no empezó por las ratas precisamente.