Cualquier intento de ver la realidad en toda su patente veracidad parte del fracaso del hombre para poder presenciar sin trabas la misma; o en otras palabras, siguiendo a Marshall McLuhan, no podemos ver el mundo tal como es sino que siempre estamos sujetos a nuestros códigos de codificación, nuestra percepción, para interpretarlo. He ahí que no podemos confiar de una manera absoluta en nuestras percepciones ‑entendiendo como percepción aquello que se percibe por cualquier sentido, aunque éste fuera la mera racionalidad- ya que siempre cabe la duda de hasta que punto estamos ante una auténtica realidad. Por supuesto esta duda debe articularse dentro de unos límites; sí la llevamos hasta el extremo podríamos llegar a dudar de toda posible existencia real llegando hasta la connotación de la inexistencia de una realidad patente de ninguna clase. Y la realidad existe, el problema ‑o su virtud- es que esta se puede producir.
En Videodrome de David Cronenberg se explora esta posibilidad en una de sus facetas más aterradoras: la creación de realidad a través de los mass media. En la película nos narra la historia de Max Renn ‑con un soberbio James Woods en el papel‑, el fundador de una pequeña estación de televisión por cable especializada en violencia y pornografía de todos los niveles de crudeza exigibles. En su búsqueda de nuevos contenidos para su canal interceptará una señal pirata de un programa llamado Videodrome donde se practican brutales torturas y asesinatos, momento a partir del cual comenzará a investigar que es lo que hay detrás de tan peculiar programa. Y cuando comience a tener alucinaciones después de haberse visto expuesto al programa.
La televisión nos alinea y conforma en tanto nos da una realidad perceptiva que nosotros asimilamos con naturalidad, aun cuando sea inconscientemente, como una nueva realidad; la realidad se ve afectada por lo que ocurre en televisión. Llevando esto hasta su extremo más aterrador Cronenberg nos propone que Videodrome no sólo es un programa de ultra-violencia real, sino que además es un experimento de control masivo de la sociedad. Todo aquel que ve el programa comienza a sufrir alucinaciones a través de las cuales se convierten en seres sádicos y monstruosos que imitan los hechos acontecidos en Videodrome; configuran como real la ficción televisiva invasiva a través de la manipulación mental a la cual son expuestos. Es por ello que el programa se convierte en una forma de control social, una parásito configurador de realidad, pues todo aquel que se ha visto sometido a éste sufre las alucinaciones que, en tanto mediáticamente reales para el sujeto, son reales. Y esto es así porque la alucinación se configura como el acto paralelo de realidad consiguiente a la realidad misma en tanto configurado por la mente y, por tanto, sometido a la misma duda que lo hipotéticamente real. La realidad humana es un producto como los media que se ha producido fáctico; naturalizado.
¿Por qué Max Renn puede enfrentarse a los creadores de Videodrome en tanto está sujeto a su manipulación? Porque todo veneno en medida suficiente es medicina; Videodrome, controlado como herramienta, se convierte en la nueva carne. En tanto Max es consciente del carácter simulacral, de creación de realidad, de los medios de comunicación no puede ser controlado ya que para él toda ficción no es categorizada como realidad, o no tiene porque serlo. Por ello se configura así mismo escogiendo aquellas connotaciones de realidad que le convienen para configurarse como un ser en el mundo y no aquellas que le son impuestas. Max Renn es el paradigma del hombre revolucionario que se enfrenta a las convenciones sociales creadas en la configuración de realidad a través de los medios de comunicación masivos. Es el héroe de la nueva carne; que crea sus propios estatutos de realidad en tanto el es que crea su realidad.
Existe Realidad, hechos objetivos que van más allá de la humanidad y que ésta podría no llegar a entender jamás; la naturaleza está más allá del pensamiento humano. Sin embargo toda realidad humana está siempre configurada por la humanidad, siempre creada en origen por estos, en tanto la información que se da sobre la realidad repercute necesariamente en la configuración de la misma. Estamos rodeados de Videodrome, ya se llame Sálvame o Telediario, pero todos podemos acogernos en convertirnos en la nueva carne que libere los estatutos de una nueva realidad no controlada, y por tanto configurada, por los medios. Eliminen sus conexiones a Videodrome, acepten el sensual camino de la nueva carne.
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