Hacer cribas no es fácil. De entre todo lo que se estrena en televisión —especialmente en el caso de la televisión animada japonesa, dependiente en exceso del mercado de nicho más que del público general, la crítica o los intereses artísticos — , apenas sí destacan un pequeño puñado de producciones al año; el grueso de lo que se produce es poco interesante, cuando no directamente deleznable. Aunque de la pasada temporada destacamos cinco animes, sólo uno de ellos logró hacerse imprescindible con el tiempo: Yuri Kuma Arashi. La obra de Kunihiko Ikuhara, abrazando la repetición estructural y temática tan fuerte como el yuri, ha acabado erigiéndose como un clásico dentro de la obra del autor gracias a una narrativa tan compleja como interesante. Por otra parte, Assassination Classroom se perfila como un entretenimiento sólido con una cuidada narrativa mientras que Death Parade acabó desinflándose a partir del quinto episodio por su excesiva dependencia del método procedimental. Corramos un tupido velo al respecto de los animes restantes.
Sacar de una cosecha una obra de culto y dos obras interesantes no es poco, ¿qué podemos esperar entonces de la temporada de primavera de anime? Aún es pronto para decirlo, aunque no se pueda afirmar que la cosa haya empezado fuerte. Existe al menos una serie que habría que seguir sus pasos de forma atenta y otro par que podrían crecer hasta hacerse imprescindibles; no cabe adelantarse a los acontecimientos, al menos no todavía. No merece la pena hacerlo. Por eso hemos elegido cinco estrenos, aquellos que han superado un mínimo nivel, los más prometedores y sólidos, aceptando que pueden quedarse en el tintero cosas interesantes o no acertar en nuestra selección. Al fin y al cabo, esto no es más que una primera criba.
Hibike! Euphonium (por Kyoto Animation, de Tatsuya Ishihara)
El instituto Kitauji tuvo en su día una orquesta capaz de ganar el torneo nacional de música orquestal, pero actualmente no pueden aspirar siquiera a calificarse para el torneo. Todo eso cambiará con la llegada de las protagonistas, cuatro chicas de carácter muy distinto, y un nuevo profesor que llevará a la orquesta más allá de sus límites. Aquí no hemos venido para divertirnos, hemos venido para ganar. Entre medio seguiremos las historias de enredos de las protagonistas, con cierto tono de comedia, aunque siempre relacionadas con la música.
Viniendo de Tatsuya Ishihara uno espera que Hibike! Euphonium sea K‑On! cambiando un grupo de rock por una orquesta, con todo lo que ello conlleva: comedia de instituto, cantidades industriales de moe, producción muy cuidada y una desconcertante cantidad de planos medios de las piernas de las chicas. Que sí, pero también algo más. Aunque al principio sí parece demasiado próximo a K‑On!, después va derivando hacia derroteros mucho más serios y comedidos; donde en su anterior serie primaba la tontada por la tontada, la exhibición de las monerías de las chicas para ablandarnos el corazón a través de la pura monería, aquí todo parece tener un fin narrativo último. Al fin y al cabo el contenido original no es un 4koma, sino una novela. De todos modos, Ishihara es de proceder lento. Para poder evaluar si se queda en la fantochada gratuita o evoluciona por el camino de la narrativa habrá que seguir detenidamente la serie, aunque de momento promete asumir el segundo camino explorando las particularidades de la música culta.
Kekkai Sensen (por Bones, de Rie Matsumoto)
Jerusalem’s Lot era una ciudad normal, todo lo normal que puede ser Nueva York, hasta que una chica se abrió un portal conectándola con el inframundo. A partir de entonces lo paranormal inunda sus calles: monstruos, magia, dioses y cualquier otra cosa que quepa en la imaginación humana recorren las calles de la ciudad con tanta naturalidad como cualquiera de los humanos que la habitan. En tal contexto, Leonard Watch, quien posee los ojos de Dios, acabará uniéndose a la organización Libra, la cual combate contra las fuerzas sobrenaturales que pretendan cometer fechorías en la ciudad.
Adaptación del manga de Yasuhiro Nightow, conocido por trabajos como Trigun o Gungrave. Aunque con eso ya será suficiente para muchos, la serie es bastante peculiar. Su estilo oscila entre una mezcla de Baccano! con Kill la Kill, basculando entre una estética de aspecto retro (de ahí Baccano!) y una consecución de combates con una muy leve explicación de una trama de dominación mundial en un contexto cerrado detrás (de ahí Kill la Kill). Aunque la historia en sí todavía no ha arrancado, nada parece apuntar que la cosa despegará fuerte tras dos episodios inanes. Ni el director ni el guionista tienen otras obras relevantes en su haber, por lo cual confiar en que levantará el vuelo dependerá de la confianza que tengamos en Nightow: sus obras anteriores han tenido buenas adaptaciones que les costó levantar el vuelo, no es imposible que Kekkai Sensen crezca con el tiempo.
Ninja Slayer (por Trigger, de Akira Amemiya)
Neo Saitama se encuentra desolada por las masacres que los ninjas producen en la ciudad de forma gratuita. Cuando toda la familia de Kenji Fujikido es asesinada por uno de sus ataques indiscriminados, el alma de un poderoso ninja del pasado lo poseerá brindándole espectaculares poderes místicos que le permitirán asesinar a todos y cada uno de los ninjas que llevan tiempo asolando la ciudad. De ese modo nacerá un nuevo anti-héroe, el terror de los ninjas, así nacerá Ninja Slayer.
Con una animación limitada y episodios cortos, Akira Amemiya firma una adaptación espiritual de su anterior trabajo: Inferno Cop. Con un extraño cruce estético e ideológico entre el anime de Gainax y la animación de Adult Swim, Ninja Slayer es un delirio de asesinatos, brutalidad e ingentes cantidades de tradición japonesa aplicada. Aunque puede no ser para todos los gustos, ya que su mezcla de película de la Cannon con un fuerte componente cyberpunk puede antojarse demasiado camp, articulan una parodia perfectamente equilibrada, compleja y con un punto experimental que hace que merezca la pena seguirla para comprobar hasta donde son capaces de llevarla. Habiendo visto doce minutos (con cuatro de opening y ending) es difícil de juzgar como evolucionará, pero tanto Trigger como Akira Amemiya tienen un curriculum como para darles un voto de confianza.
Ore Monogatari!! (por Madhouse, de Morio Asaka)
¿Conoces al típico grandullón afable de aspecto intimidante que actúa como secundario de cualquier manga/anime de instituto? Pues ha conseguido protagonizar su propio anime. El enorme Takeo Gouda es popular entre sus compañeros, pero todas las chicas prefieren a su bien plantado mejor amigo, Makoto Sunakawa. Por eso, cuando conoce a la adorable Rinko Yamato, a pesar de enamorarse de ella, cree que ella nunca le corresponderá porque ha debido enamorarse de su amigo. Como ha ocurrido varias veces antes. A partir de aquí comenzará su aventura para juntar a Makoto y Rinko, incluso cuando es posible que los sentimientos de los involucrados no sean exactamente los que Takeo piensa.
La sorpresa de la temporada. La adaptación del manga de Kazune Kawahara es una comedia romántica fresca, ágil e inteligente en la misma línea que la mejor comedia romántica del año pasado, Gekkan Shoujo Nozaki-kun. Al colocar como protagonista a un joven enorme y de buen corazón con poca fortuna en el amor, los enredos constantes y deconstrucción de arquetipos están asegurados. Si además le ponemos al lado a un playboy (o bishōnen, para los entendidos) desinteresado por las mujeres y una chica adorable con mucha personalidad —saliéndose de la norma de la comedia romántica, ya que aquí la chica no es ni un trofeo ni una princesa: es ella la que elige con quién quiere estar y en qué condiciones — , entonces tenemos una serie a seguir de cerca. Para más inri, está dirigida por Morio Asaka, conocido por su trabajo en otros shōjos como Cardcaptor Sakura o Chobits, por lo cual la calidad está asegurada.
Plastic Memories (por Doga Kobo, de Yoshiyuki Fujiwara)
En un futuro próximo la compañía SAI Corp. produce androides con emociones y memorias humanas llamados giftias. Los giftia tienen una autonomía —o tiempo de vida, según si los consideramos seres humanos u otra cosa— de 81.920 horas, aproximadamente nueve años y cuatro meses. Cuando pasa ese tiempo sus memorias deben ser eliminadas, lo cual produce que un equipo de terminadores de SAI Corp. tengan que retirarlos de la circulación. Tsukasa Mizugaki entra a trabajar en SAI Corp. y conoce a Isla, su compañera giftia por la que, quizás, sienta algo más que mero compañerismo.
Cyberpunk amable, de estética anime sin adentrarse en demasiados futurismos, con momentos crudos al enfocarse en la vertiente más sentimental de los problemas de la convivencia con androides cuasi-humanos. Salvo por el moe. Y por los tintes de comedia adolescente que nunca se termina de saber muy bien que pintan ahí. Sería una estupenda visual novel para llorar a moco tendido o una película sólida, pero en dos capítulos ya ha dependido en exceso de tropos del anime de sobra conocidos por el fan medio —aunque, seguramente, demasiado infantiles o absurdos para el no-iniciado— que pueden hacerla flaquear. Doga Kobo produjeron Gekkan Shoujo Nozaki-kun, lo cual sumado a una producción competente y una premisa interesante hace que merezca la pena seguirla. De momento, no pasa de ser una promesa.
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