Pursuit (en Aleph)
Gesaffelstein
2013
La gesamtkunstwerk, u obra de arte total, ha estado siempre asociada de forma íntima con lo musical; desde que Richard Wagner fundó con tal nombre sus óperas —fusión de tres artes: musicales, escénicas y visuales— su búsqueda, aunque inconsistente, ha permanecido en el tiempo asumiendo otras formas: sean arquitectónicas, con la Bauhaus a la cabeza; o literarias, con House of Leaves como último, aunque no mejor, ejemplo de una tradición pre-wagneriana. Gesaffelstein, quien hace de su nombre ya búsqueda (Gesamtkunstwerk/ffel/Einstein), es un ejemplo práctico de como toda ambición conduce, por necesidad, hacia su búsqueda: el artista auténtico no busca trascender los límites de su disciplina, sino desterritorializarlos: busca nuevos terrenos donde desarrollarlo, no dinamitarlo.
En el videoclip, la música ha encontrado su nicho de búsqueda del arte total. Nicho agradecido. Agradecido no por su originario uso publicitario, el cual ha quedado desgastado: hay videoclips que sólo se venden a sí mismos, sino por su capacidad para sintetizar elementos narrativos con agresividad; hace resplandecer aquello que podría ser en exceso musicalmente sutil, sin por ello subrayarlo. En Pursuit se hace evidente su uso: uso exclusivo de travellings en un montaje sobrio que sólo enfatiza un aspecto: las imágenes que van revelándose desde el plano detalle hasta grandes panorámicas abiertas. Todo movimiento desde lo particular redunda en la necesidad de comprender su contexto. Pasando desde dos caras sonrientes de niño hasta un cadáver en su último movimiento, con un guante dorado como protagonista, siempre se nos plasma el mismo acontecimiento en el avance: la adquisición del poder a través de ceremonias sacrificiales. Sean militares o civiles, religiosas o paganas, institucionales o privadas, no importa: toda mirada se fija en como se constituye el poder a partir de un estado primero de simplicidad hasta abrir el ángulo hasta el contexto general.
Contexto general de riqueza y poder, por ello eminentemente militar. Abundan las armas, el desasosiego, la persecución: ambiente de caza; pursuit: búsqueda o persecución, pero también ocupación. Toda búsqueda es ocupación, por eso toda su premisa oculta es búsqueda de ese algo imponderable, efectos tras el guante dorado, que nunca se terminan de concretar o aclarar. No tiene interés en mostrar con claridad sus acontecimientos, mas al contrario, disfruta el caos; la búsqueda es su resultado.
Todo viaje es una forma de poder en tanto instituye espacio propio, espacio colonizado al tiempo. Todo movimiento revela verdades ocultas. Por eso la gesamtkunstwerk es movimiento del arte, que no movimiento artístico, que permite tomar distancia al respecto de su acontecimiento auto-contenido. Plasman lo que existe detrás del imperio militarista del presente — no sólo, ya que también caben sus efectos: lo que se investiga en un momento determinado en uno de los travelling, cambio de ritmo mediante à la electro house, es un grupo de jóvenes bailando en la nada siendo apuntados con infinidad de armas de asalto sostenidas en la nada; metáfora evidente de los videoclips de la new rave (los videoclips de The Bloody Beetroots como ejemplo: colores puros, jóvenes bailando y nada más), y de la juventud: la fiesta concebida como paredón, los jóvenes como objetivo.
¿Qué es el guante dorado? Viaje, poder, gesamtkunstwerk: no preguntes aquello que sólo puedes conocer en la experimentación.
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