Todo deviene normalidad cuando la filosofía es clausurada

null

Son com­pren­si­bles, en­ton­ces, las pre­ten­sio­nes de las cien­cias hu­ma­nas. Si es ver­dad que el dis­cur­so fi­lo­só­fi­co fue clau­su­ra­do por Hegel, no de­be­mos sor­pren­der­nos de que pro­li­fe­ren las cien­cias hu­ma­nas. Se ha­ce mu­cho rui­do en torno al de­ba­te que opon­dría Historia y es­truc­tu­ra. Qué di­ver­ti­do. Si la Historia ter­mi­nó, si su dis­cur­so es si­len­cio­so, con­ven­ga­mos en que tal de­ba­te se­ría un po­co aca­dé­mi­co. Por otra par­te, es nor­mal que las cien­cias hu­ma­nas ten­gan al­go pa­ra ex­plo­rar, es de­cir, que re­co­noz­can en el hom­bre al­go más que lo hu­mano. En el hom­bre hay un 1% de hu­mano y el res­to es, di­ga­mos, ani­mal; es­to da un al­to mar­gen de te­rri­to­rio im­pe­ne­tra­ble. En lo se­xual, lo hu­mano es la prohi­bi­ción del in­ces­to, es­to ha si­do di­cho y es ver­dad, ¿pe­ro el resto?

Alexander Kojève

null

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *