Para la (pen)última colaboración de este inmensísimo especial de Halloween tenemos la siempre candorosa participación de Ontopop y Lola Fett con una entrada sobre la nunca suficientemente bien amada Vampirella. Oh, Vampirella, como adoramos tu erotismo soft.
Si les preguntamos por un icono sexual del cómic norteamericano de los setenta, y entre los primeros nombres que acuden ‑en caso de acudir- a su mente no está Vampirella, sepan que tienen un muy deficiente en cultura pop. Que por lo demás la femme fatale del planeta Drakulon no viva precisamente su época de máximo esplendor en nuestro país, no quita para que esté teniendo una segunda juventud en Estados Unidos, de la mano de Dynamite Entertainment, no sólo mediante la publicación de nuevos títulos, sino recuperando algunas joyas del ya extenso catálogo del personaje.
Y una de ellas la tenemos recién salida de las imprentas, con la reedición de cierto material guionizado por quien encabeza el título del volumen: Vampirella Masters Series vol VI: James Robinson. Sí, el James Robinson of Starman fame. Del que tenemos una miniserie originalmente en dos números de grapa, Blood Lust, un epílogo a la misma, y otras dos historias cortas, en las cuales aparece Drácula como villano de la función. Todo ello a un nivel tolerable, con el terror-gore-softcore más o menos habitual en los títulos de nuestra Vampi, narrado con solvencia, pero sin dejar tampoco un material, en este aspecto, excesivamente memorable.
El volumen tiene una portada de Joe Jusko, una ilustración pintada con el arte al que nos tiene acostumbrados. Jusko ha hecho, en efecto, un buen montón de cubiertas e ilustraciones con Vampirella como protagonista. Y claro, como soñar es gratis, alguna vez se nos había pasado por la cabeza ver un cómic entero dibujado por Jusko, con el mismo estilo que el de las portadas, puestos a pedir. Imposible, claro: demasiado esfuerzo para un personaje, unas editoriales, que tampoco dan para tanto. El artista afirma pasarse alrededor de cuatro días para hacer una cubierta; multipliquen por las 22 habituales de un cómic, y nos dan 88 días de dedicación. Alrededor de tres meses para hacer algo que los habituales del medio vienen haciendo normalmente en menos de un mes, algunos en bastante menos.
En 1997, Jusko hizo dos números completos ‑incluso un poco más largos de lo habitual‑, completos y con todas las páginas pintadas, al mismo nivel, cuando menos, de sus portadas. Más un epílogo de 7 páginas, más cubiertas. Y lo tienen ahí, en ese mismo tomo. A ver, les recordamos: James Robinson escribe. Joe Jusko pinta. Vampirella ‑y el señor Van Helsing- destrozan vampiros a mansalva, vagan por parajes infernales, y causan la pérdida de un personaje importante para salvar a muchos otros. Que lo importante del caso es, por supuesto, tener excusas para que Vampi ‑y…- hagan poses mientras se cubren de sangre y demás, ya saben, eros y thánatos, la fórmula no la descubriremos ahora. Qué más da. Es Jusko. Es Vampirella. ¿Cómo no iba a encantarnos?
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