Juez Dredd vs. Juez Muerte, de John Wagner
El problema de todo juicio es que siempre es un acontecimiento situado en una cultura específica cuyo valor sólo se circunscribe dentro de los códigos de esa cultura en particular. Es absurdo pretender hacer justicia desde una cultura determinada hacia una cultura cualesquiera que sea ajena de ésta; juzgar los actos de un individuo de otro país o de otro tiempo pasa siempre por una superioridad del juicio que se establece como imposición, no como justicia. ¿Significa ésto que se debe transigir con cualquier acción, aun cuando atente contra nuestras premisas más elementales, por ser parte de un paradigma ajeno al propio? En absoluto, sólo que no cabe juzgar en busca de justicia para imponer nuestra propia verdad, sino que entonces lo que acontece es una lucha de poder en la cual se intenta cambiar y determinar el sentido de la justicia misma en la cultura ajena: no hay que imponer nuestra justicia, sino intentar influir en su juicio para que asuman nuestra premisa del mismo —lo cual se hace innecesario en nuestro mundo, pues de hecho consideramos que todas las naciones del mundo pertenecen a la humanidad, hay una serie de condiciones específicas, los derechos humanos, que sirven como árbitro para mediar aquello que no es justo en sociedad alguna; de no cumplirse, la imposición de poder será sólo para hacer validar la verdad propia de los derechos humanos — .
Todo ésto se vuelve cristalino en tanto la historia de Juez Muerte, un juez que viene de otra dimensión para condenar a los infractores de nuestro mundo a partir de las leyes del suyo —lo cual es en sí mismo absurdo, pues necesariamente su cultura ha de tener unas condiciones de verdad diferente a las nuestras propias, cuando no directamente su especie — , desarrolla el embate de estos flujos del poder. Aunque en la dimensión del Juez Muerte la vida es un delito, lo cual fue decidido de forma unánime por los jueces, imponer su ley en nuestro mundo pasa por violar de forma sistemática y evidente el principio esencial de la justicia: la justicia es una verdad revelada, inmanente y en perpetuo devenir, que es emanada desde el interior de cada mundo posible.
Si alguien ajeno a nuestra cultura, a nuestra especie si es que hemos determinado una serie de ciertas verdades supra-culturales que se atienen a una cierta verdad del ser, intenta juzgarnos a partir de sus propias directrices tenemos pleno derecho a defendernos al considerar ese juicio como injusto, ya que está juzgando desde una posición de superioridad moral que se ha auto-concedido sin derecho, sin justicia. Si el Juez Muerte quiere venir a nuestro mundo para exterminar la humanidad porque la vida es la base de toda criminalidad, lo cual está argumentado dentro de una serie de argumentos empíricos difícilmente rebatibles, está siendo injusto tanto por intentar imponer una ley que le es ajena a nuestro mundo como por escudarse en una cierta realidad absoluta del ser; el hombre, en su condición interior más allá de su determinación biológica innata, es un ser en devenir que puede cambiar de forma radical y, por extensión, no puede haber un modo absoluto y único del ser: la vida es tan germen esencial del crimen como de la justicia. Todo acto que el Juez Muerte ejerce en el mundo es un acto de injusticia, y por ello el Juez Dredd puede y debe enjuiciarlo como un criminal ante sus actos.
Ahora bien, ¿hay entonces algún caso donde se pueda ejercer un juicio en un mundo ajeno si no hay una base universal, como los derechos humanos, a través de la cual establecer justicia? Por supuesto que sí, pues en el caso de los jueces caigan en la falsedad a la hora de establecer sus propias leyes, pues en ningún caso aquello que propugnan como verdadero sea así percibido por el conjunto de la comunidad, entonces los jueces incurrirán contra la legitimidad del poder y, por extensión, podrán ser juzgados por ello. Es por eso que cuando el Juez Dredd llega hasta el mundo del Juez Muerte sus armas no pueden hacer nada contra él —¿cómo condenar en juicio aquello que está fuera de nuestro conocimiento?¿Cómo hacer valer una verdad que desconocemos? — , necesitando que la Juez Cassandra canalice a través de sus poderes psíquicos los temblores de venganza que los espíritus de los muertos del mundo claman ante sus jueces; la única justicia posible en éste contexto, en el caso de que nada atienda una cierta verdad universal ante la cual establecer un juicio, es la verdad de aquellos que cayeron víctimas de una ley ilegítima que no se sostenía con la percepción del mundo que tenían aquellos que habitaban y construían el sentido del mismo. Un poder sólo es legítimo en tanto emana de la verdad, en tanto es aceptado como tal.
Si Dredd nos habla sobre el valor del juicio no es porque nos inventemos una realidad presente en él, sino porque en tanto todo juicio es una búsqueda de verdad en el proceso del hacer, la labor del juicio debe ser encontrar esa verdad legítima que debe emanar de todo acto. Es en ese sentido en el cual la justicia es revelar el sentido de la verdad y acometerlo pero, en cualquier caso, siempre respetando el hecho de que es una verdad que no es permanente y podría mutar con el tiempo y las revelaciones; ningún juicio es falso si se demuestra sostenido en las pruebas de aquello juzgado. Por eso Dredd, aun cuando empezara como una parodia pseudo-fascista, ha acabado siendo la quintaesencia cobrando forma arquetípica del concepto de justicia, enfrentándose ante la falsedad absoluta de una Muerte más allá de todo sentido del mundo.
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