Sometimes to create, one must first destroy
Engineer
Todo tiene un comienzo y un final, y en ninguno de ambos casos se elige hacerlo. Nosotros somos arrojados el mundo, independiente de aquello que nos creo, y, por extensión, todo lo que creamos es arrojado al mundo, independiente de nosotros sus creadores: un hijo, sea hecho de nuestro ADN o de nuestras palabras, siempre está más allá de los deseos de su padre. Es de justicia que así sea. Uno puede pasarse cuatro años escribiendo diariamente en un blog —porque, aunque no lo vean, hay más trabajo entre bambalinas que en escena: el que permite la escena— que, en último término, está más allá del deseo propio; el blog crea sus (re)flujos invisibles, sus conexiones infinitas, encuentra sus simpatías con otros y no siempre responde a lo que nosotros creíamos evidente. También es contestón, porque se obceca en no dejarnos olvidar que una vez pensamos diferente, que nosotros también nos equivocamos o cambiamos de parecer incluso cuando no nos damos cuenta. Y eso está bien, porque necesitamos ver que nuestro mundo conecta más allá de lo que nuestra imaginación jamás nos permitiría soñar.
Después de cuatro años de The Sky Was Pink han pasado tantas cosas que se hace largo incluso enumerarlas: ha llegado a sitios donde nunca crearía poder llegar pero también se ha desviado de puntos que creía necesarios alcanzar: sólo ha sabido seguir su propia hoja de ruta. Por eso en el cuarto aniversario de este espacio sólo deseo al menos otros tantos más para él y que exploren, que exploren libres haciendo tantas conexiones como deseen para seguir leyendo todos juntos hasta que las fuerzas nos abandonen. Pero como me parece mal celebrar un cumpleaños sin regalo, sólo uno pequeño: gracias a este blog fui uno de los ganadores del Premio Ariel mejores blogueros jóvenes de ensayo y, si lo hice, fue por la selección de diez posts del mismo. No son todos los que están, pero sí están todos los que son: si quieren saber cuales elegí —con la impagable ayuda de Rak Zombie y Anti Nick, por supuesto — , pasen a continuación; pero como aquello fue hace casi un año, encontrarán también una serie de textos que podrían haber sido elegidos para la ocasión de haber sido escritos antes. Sin más dilación, hagan sus conexiones en mi mundo siempre abierto.
Selección de textos
Sobre el capitalismo rizomático. Un nuevo modelo económico para un mundo en crisis
En época de las polarizaciones absolutas del ser
Arqueología de la identidad: como devenir en ente revolucionario
Corrompe el medio y te adueñarás del mensaje
Si pudieras ver lo que yo he visto con tus ojos. Blade Runner como ontología orientada a objetos.
¿Por qué amamos las cajas misteriosas? Una apuesta por una imaginación desatada que colapse la razón
La (re)significación de la cultura. El montaje y el montage como composición de realidades artísticas.
La democracia es guerra. La necesidad de la libre información para la salud de la política.
Chiho Aoshima, entre la naturaleza y la cultura
¿Qué fue lo witch house? Una apuesta por una visión derridiana de lo hipster.
Bonus: lo que pudo haber sido
La experiencia interior se da en el introducir al dios exterior en mi mundo
Cuerpo, accidente, ser. Una ontología del cuerpo a través de Crash de J.G. Ballard
La banalidad del mal. O como España se convirtió en alumno aventajado de Adolf Eichmann.
Contra el vegetarianismo radical. O por qué (antropológicamente) carece de sentido el esencialismo dietético
Nunca el templo al dios desconocido queda vaciado de futuro
Contra el humanismo. Una visión ontológica de la posibilidad de una nueva carne post-humana
Genealogía mínima de la censura pasiva. Una lectura de Areopagítica a la luz de la crítica de Han Han
El feminismo de Bayonetta. La emancipación a través de las hiperbólicas fantasías de lo femenino.
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