α
El ser humano en el estado de naturaleza está indefenso ante los embates de los demás; rige la ley del más fuerte. Mi fe no es bienvenida aquí. De éste modo se convierte en algo necesario constituirse en una sociedad que nos conceda la seguridad en su seno de la cual carecemos en la naturaleza. En este punto cedemos nuestro poder personal en favor del Estado para que nos defienda de los ataques exteriores y ordene la paz interior de la sociedad.
γ
El estado, en su condición misma de Leviatan, no deja de ser un monstruo que se nutre con el alma de sus ciudadanos; carece de todo poder pues su único poder es nuestra aceptación de su orden. ¿Qué hacer si el poder intentar jodernos? Activar nuestro poder auto-castrado en favor de la protección prometida pero no satisfecha del estado de derecho. Cualquier otra opción será la aceptación implícita de la violencia institucional.
κ
Mientras tú estás ahí sentado en la seguridad de tu sillón hay gente luchando por una libertad que les es coartada significativamente de forma ajena a su seguridad propia. ¿Quién defiende ahora el derecho de todos? El uso legítimo del poder se da tanto en las acciones pacíficas como en las acciones violentas, ¿pero quien tiene razón? Sólo quien consiga legitimar su verdad cara a la mayoría; cara al tigre dormido que está despertando. Y las cosas que queremos que vuelvan.
ς
La democracia está profundamente herida desde el momento que El Estado se pronuncia como el único detentador legítimo de poder. Las acciones violentas ciudadanas son terrorismo, las estatales justicia y los culpables son todos aquellos que legitiman esa realidad; ese puente hacia el terror dominante. ¿Donde estabais cuando El Estado permitió que os devoraran los bancos por la crisis?¿Donde estaréis cuando la policía no sólo os de la espalda sino que tenga la obligación de neutralizaros a cualquier precio? El dolor insoportable se funde en la lluvia.
ω
La guerra nunca acabará. Cada victoria es un paso adelante pero toda revolución debe ser perpetua; todo acto revolucionario debe ser en todas las esferas de la realidad social. Toda revolución es un perpetuo acto de disconformidad en todos los ámbitos de la sociedad, no hay revolución posible sino es desde la política, la ética y la estética. Vuestros planes han colapsado, corre o quédate aparte.
Deja una respuesta