Raising Cain, de Brian De Palma
Aunque se intente reducir la enfermedad mental hasta un ámbito social donde su función es exclusivamente su carácter de exclusión social no se puede negar que, al menos en algunas de estas enfermedades, hay una problematización de la relación del individuo con su entorno. Esto implica que toda representación de ciertas clases de enfermedad mental tenga que pasar necesariamente por la corrupción de los códigos de representación; en tanto el individuo no se relaciona con el mundo en nuestros mismos códigos no podemos representar su mirada como algo excéntrico o extraño, sino que tiene que tener una cosmogonía, un orden natural, que se cumpla necesaria y constantemente dentro de su re-ordenamiento de los códigos relacionales. Por tanto, y esto es algo que Brian De Palma caracteriza a la perfección en toda su filmografía, toda representación artística debe fundirse con naturalidad a la mirada de aquel que escruta como objeto paciente primordial, como protagonista, del mundo.
· Carter Nix: Marido ejemplar, padre anegado por un amor irresoluble hacia su hija y motor agente de la acción normalizada en el mundo. A través de él conocemos la historia natural del mundo, que es lo que ocurre en éste, al ser la ventana hacia el mundo que ofrece una mirada sin deformar del mismo. Él será la figura del héroe martirizado, el hombre normal puesto en circunstancias excepcionales, donde será una suerte de Cristo yaciente que se dejará arrastrar por las penurias por las que irá pasando su vida en una absoluta inacción. Su vida es una concatenación de momentos exclusivamente positivos, gracias a la metódica desconexión de los momentos duros, a través de los cuales constituirse. Es el héroe que es consciente de su destino, necesariamente oscuro, que le llevará hacia un sacrificio final de sí mismo en favor de aquellas personas objeto de su amor: su hija, su padre; la relación paterno-filial, bidireccionada, para construir una génesis del Cristo doliente del hombre de familia media americana. Es el soporte y base del transcurso natural del tiempo, de la realidad, en el mundo.
· Cain Nix: Si Carter era la figura heroica que representa los valores de la estabilidad y la felicidad de la clase media, incluida el sacrificio pseudo-litúrgico por amor ‑esencial, pero no exclusivamente, hacia la familia como representación última de la totalidad de la humana‑, Cain sería el anti-héroe que se edifica en su consciencia de limpiador de la basura; como anti-héroe es aquel que hace lo que nadie más quiere hacer pero alguien debe hacer. Cuando Carter no hace más que dejarse arrastrar por las circunstancias entonces es el momento para que Cain aparezca para hacer lo que hay que hacer: secuestrar bebes, matar a la mujer de Carter, inculpar a su amante de un asesinato que no ha cometido o cualquier otra relación de dudoso sentido ético-social de clase media es el pan de cada día del limpiador de la basura moral.
En este caso deberíamos entender que Cain es, única y exclusivamente, aquel que sólo aparece cuando las cosas van mal, demasiado mal como para que acciones moralmente no-reprobables puedan encauzarlas sirvan de algo, para solucionar cuanto ocurre. Él es el anti-héroe que impide que el héroe tenga que actuar perniciosamente, que tenga una mancha moral sobre su conciencia, alejándolo del lugar de su acción para ocuparse él en exclusiva de cuanto ocurrirá a partir de ese momento. Así el anti-héroe no es en ningún caso una especie de agente del bien social, familiar o humano sino que sería aquella entidad que coopera y se encarga de que, de forma sistemática y sin motivo aparente, el héroe no tenga que verse involucrado en aquellas acciones que le son propias pero indeseadas. Por ello Cain sería una especie de fisicalización de un corta fuegos mental, de una cierta condición de la memoria que borra aquello cuanto es indeseado de nuestras vidas.
· Josh Nix: El niño, la inocencia perdida, la condenación de todo aquello cuanto está mal en el mundo. Su papel es de agente en pura oposición de Cain al ser la conformación que pone en cuestión las acciones ajenas a la moral que este ejecuta; Josh es el niño, el carácter infantil de un superyó en crisis, que intenta confrontar desde su figura inferior el control de una entidad maligna que se demuestra como inmediatamente superior a sí misma.
Es interesante que Josh, en tanto representación del castigo moral-social, esté representado como un niño. El niño no puede oponerse físicamente hacia Cain, pues obviamente no podría salir victorioso en una confrontación física directa, pero tampoco puede hacerlo desde una perspectiva racional, pues en tanto infante se considera que carece de una racionalización profunda ‑lo cual, además, imprime un nuevo carácter irónico en ello al configurar esta suerte de superyó como un maniqueísta arracional entidad social‑, por lo cual sólo le queda la posibilidad de su confrontación aludiendo a la autoridad; ¡me chivaré de lo que pretendes hacer!. No hay una pretensión de que la acción sea inmediata, de que haya ocurrido, sino que es un objeto constante de futurubilidad: siempre alude al carácter de lo que hará Cain, pero jamás alude a lo que ha hecho o está haciendo. Es por ello que Josh es el canalizador de una paranoía pasada, del conocer lo que es capaz de hacer, que se proyecta en la futurabilidad de esa repetición de las acciones; su función como freno de las acciones amorales de Cain es infructuosa, pero como evasión de las consecuencias pasadas, de eliminación de la memoria de lo indeseado, actúa como la catalización perfecta de éste. Si Cain oblitera lo indeseado de lo presente eliminándolo, Josh hace lo mismo con el pasado canalizándolo en el futuro-presente; proyecta el pasado (necesario) hacia un futuro (contingente) que elimina la certeza de lo ocurrido, ya no ha ocurrido lo inmoral sino que podría ocurrir.
· Margo Nix: Si Cain se ocupa del presente del mismo modo que Josh se ocupa del pasado (que proyecta al futuro), Margo sería aquella que elimina toda posibilidad de que el futuro se enfangue para el pasado. Esta mujer hombruna, de un vestir engolado en su acumulación, es el defensor último de los niños, es el carácter que defiende los intereses de los otros personajes cuando todos estos ya han fracasado en su intento de no producir las acciones futuras indeseadas. Así Margo actuaría como un arquetipo de La Madre, como una desmasculinización de lo masculino, en el cual se define como la figura paternal última que haría lo que fuera para que los niños, para que sus niños, estuvieran a salvo. De éste modo sólo en la asunción de este carácter femenino y materno, que sería mímesis de Carter, en conjunción con la necesidad, en tanto debe arreglar algo pasado y por tanto necesario, de hacer lo que hay que hacer, que sería mímesis de Cain, es capaz de acabar con el desequilibrio que se ha creado en la cosmogonía de los Nix; sólo a través de esta conexión arquetípica primera que estaba constituida en sí en Carter, de este socavamiento que no es tal de la masculinidad de Carter, es capaz de re-dirigir la existencia del universo mitológico imperante.
Todo el devenir se acaba rompiendo cuando el pasado cristaliza en el futuro, cuando los desvelos de Josh (en el pasado) y Cain (en el presente) no son capaces de constituir un futuro adecuado para Carter. Es por ello que cuando eso ocurre necesitan de una transformación en el cual la entidad de éste se conforme en una nueva composición que sea capaz de abordar y arreglar el futuro-presente de desolación; cuando Carter se enfrente ante un futuro indeseado el trauma provoca su incapacidad para seguir adelante ni aun al lado de Josh o Cain, al ser sus garantes del pasado y el presente, nunca del futuro. Por eso todo cierre cosmogónico debe acabar en La Madre, en Margo Nix, en tanto es síntesis creadora, pero no original, de todo cuanto existe en la cosmogonía inmanente-existencial que habita en el mundo.
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