Cuando uno se enfrenta a la música de Richard D. James sólo cabe la posibilidad un sentimiento de absoluto pavor hacia lo inaprensible de su propuesta. Debido a su carácter desmesurado, siempre varios pasos por delante de su tiempo, Aphex Twin es el proyecto artístico definitivo: aunque ocurra en el presente, y su propuesta se sustente sobre bases de tal tiempo, va dirigido a un hipotético espectador del futuro; es incomprensible como reflejo del presente. Esto quizás llegue hasta el extremo en la rara avis que es su versión japonesa del Windowlicker EP.
Como extraño punto fundacional del éxito mainstream, si es que tal cosa es posible, Windowlicker ha sido interpretada siempre desde las claves del presente. A través de su vídeo, una finísima parodia en lo burdo de su planteamiento de los videoclips de la música rap, se ha planteado una crítica totalmente descafeinada del auténtico valor del single; Aphex Twin no ha conocido una crítica real con respecto de Windowlicker. Esto es así porque es imposible comprender su propuesta desde nuestro paradigma actual. Cuando uno aborda «ΔMi−1 = −αΣn=1NDi[n][Σj∈C[i]Fji[n − 1] + Fexti[n−1]]» (aka Formula) se enfrenta a una narración tan críptica como su propio desarrollo; no es posible alcanzar a comprender con exactitud que estamos oyendo. Por eso quizás el mensaje de Nannou llega como un mazazo, como una auténtica patada en la cara de nuestro intelecto, el EP de Windowlicker, como toda la obra de Aphex Twin, trata ya no sobre una sociedad que aun no existe, sino directamente de un mundo que aun está por llegar. Es imposible racionalizar nada que no sean detalles, algunos apuntes, porque la obra en sí de James, con especial hincapié en Windowlicker, apenas sí son los apuntes de algo más allá de nuestro entendimiento. Es lo que entiende el propio James por un cuaderno de campo antropológico de sus pensamientos; de su concepción última de la música y, por extensión, del mundo en sí mismo.
Con eso nos queda explicado perfectamente que es Windowlicker en realidad: es lo que sería el rap en un mundo dominado por el intelecto masivo de Richard D. James. Entonces, ¿por qué tenemos interés particular por el EP japonés de Windowlicker y no cualquier otra producción? Porque nos da una (perturbadora) génesis de la canción. La versión demo de Windowlicker apenas si es un esbozo rítmico, casi house, articulado en su mínima exprensión de la canción original; es una simiente perfecta de síntesis intencional. Sin embargo la versión end-roll es todo lo contrario, como una perversión retorcida y brutal del concepto resultante de la canción y, por ello, antítesis de la anterior. ¿Qué ocurre entonces? Que Windowlicker es la síntesis licuada de las dos versiones anteriores; de los modos de pensamiento antagónicos pero configurantes del pensamiento que da lugar a esa gran introspección llamada Aphex Twin. Por ello, aunque pretendamos entender algo patente con respecto de la obra y, por extensión, del pensamiento de Richard D. James, no seríamos capaces de entender nada, pues necesitaríamos ser capaces de entender el microcosmos originario que supone la mente del propio James. Por eso, aunque el arte es trascendental de la propia sociedad donde es creado en algunos casos, como el de James, el arte llega a ser capaz de se trascendente con respecto de su misma condición de arte. No es cuestión de entender la música, es cuestión de entender su mente.
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