Shuniata. Kōan sobre el vacío, la forma y la abstracción

Existe la idea pre­con­ce­bi­da de que la mú­si­ca es una en­ti­dad abs­trac­ta, que ca­re­ce de con­te­ni­do. Si así es, en­ton­ces de­be­ría­mos con­si­de­rar que es to­do for­ma y, por ex­ten­sión, que su úni­co aná­li­sis po­si­ble es for­mal: ha­ga­mos la prue­ba con Ashes in the Snow del gru­po ja­po­nés de post-rock Mono. La can­ción co­mien­za con un sam­pler de la Sinfonía n.º 3, Op. 36 de Henryk Górecki, com­po­si­ción de ins­pi­ra­ción sa­cra —si bien aquí prac­ti­ca­mos una apre­cia­ción no-formal, de­be­mos res­pe­tar­la: es la in­ten­ción de­cla­ra del pro­pio au­tor al rea­li­zar la sin­fo­nía— que tra­ta so­bre la pér­di­da materno-filial. En la can­ción, ob­vian­do eta­pas tran­si­cio­na­les al co­mien­zo y mi­tad de la mis­ma, só­lo en­con­tra­mos un cons­tan­te in cres­cen­do que aca­ba en un es­ta­lli­do, al es­ti­lo ro­mán­ti­co del sturm und drang, cu­yo pe­so es­pe­cí­fi­co cae, a par­tes igua­les, en­tre el mu­ro de rui­do blan­co y la pre­do­mi­nan­cia or­ques­tal de los ins­tru­men­tos de cuerda. 

Recapitulemos. Existe una pro­gre­sión mu­si­cal cons­tan­te, co­mo si se tra­ta­ra de las di­fe­ren­tes eta­pas de un via­je, un fon­do don­de des­ta­can vio­li­nes y vio­lon­che­los, con­fi­rien­do al con­jun­to una at­mós­fe­ra me­lan­có­li­ca, con un co­mien­zo sim­bó­li­co en for­ma de re­fe­ren­cia, que per­te­ne­ce a una sin­fo­nía so­bre la per­di­da de un hi­jo por par­te de una ma­dre. Todo en el con­tex­to de un dis­co lla­ma­do Hymn to the Immortal Wind, cu­yo DVD en di­rec­to se lla­ma Holy Ground: NYC Live With The Wordless Music Orchestra, en una can­ción cu­yo nom­bre es Ashes In The Snow, que sin lle­gar al oxí­mo­ron (re­cur­so clá­si­co de la poe­sía mís­ti­ca y amo­ro­sa) es una me­tá­fo­ra que con­tras­ta dos acon­te­ci­mien­tos sin afi­ni­dad apa­ren­te. Como di­ría el su­tra del co­ra­zón, tam­bién co­no­ci­do co­mo su­tra de la esen­cia de la sa­bi­du­ría —de nue­vo, el mis­mo con­tras­te en pa­ra­le­lo: mística/amor, racionalidad/sentimiento, nieve/cenizas — , el va­cío es la for­ma, la for­ma es el va­cío. Donde el va­ció es shu­nia­ta, lo ca­ren­te de reali­dad y, por ex­ten­sión, que es­tá abier­to al cam­bio y la in­ter­pre­ta­ción. Si la mú­si­ca es abs­trac­ta, pe­ro tie­ne for­ma, ¿ca­re­ce en­ton­ces de con­te­ni­do por es­tar vacía? 

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