en la copia os idinteficaréis

null

La co­pia en­ten­di­da en tér­mi­nos es­tric­ta­men­te ja­po­ne­ses po­dría­mos in­ter­pre­tar­la co­mo el gé­ne­sis de to­da crea­ción ar­tís­ti­ca. Sólo cuan­do par­tien­do de una obra an­te­rior la de­cons­truí­mos pa­ra ver co­mo fun­cio­na e in­ten­ta­mos re­cons­truír­la con sus mis­mas pie­zas só­lo que me­jo­ra­da se da la gé­ne­sis del ar­te. Sólo en el caos des­or­de­na­do de lo que ya fue pue­de exis­tir el ar­te. Algo así po­dría­mos in­ter­pre­tar de Japanese Chaos de Saori@destiny.

Para ha­blar del dis­co, aun cuan­do sue­ne ab­sur­do, es im­por­tan­te es­ta­ble­cer una ana­lo­gía cla­ri­fi­ca­do­ra del dis­co: Saori@destiny es pa­ra el elec­tro­pop oc­ci­den­tal lo que el Toho Scope al Cinema Scope; una re­vo­lu­ción si­len­cio­sa. La asun­ción del for­ma­to ana­mór­fi­co por par­te de Hollywood creo una ten­den­cia, una ne­ce­si­dad in­clu­so, del uso ge­ne­ra­li­za­do del for­ma­to. Así to­do oc­ci­den­te al uní­sono fue acep­tan­do sin nin­gún pre­jui­cio és­ta de­jan­do de la­do la in­ves­ti­ga­ción de po­si­bles al­ter­na­ti­vas; no ha­bía po­si­bi­li­dad de di­sen­ti­mien­to; en Japón, le­jos del an­glo­cen­tris­mo oc­ci­den­tal, de­ci­die­ron de­sa­rro­llar sus pro­pias len­tes ana­mór­fi­cas. El re­sul­ta­do fue el Toho Scope el cual es exac­ta­men­te igual en es­pe­ci­fi­ca­cio­nes de lo que se­ría el Cinema Scope, ¿cual se­ría en­ton­ces su di­fe­ren­cia? El es­pí­ri­tu de re­sis­ten­cia. Y ese es pre­ci­sa­men­te el va­lor de Saori@destiny, aun cuan­do no de­ja de ser un re­mo­za­do del elec­tro­pop más hor­te­ra con chi­ca al fren­te de los 80’s tie­ne al­go que es y só­lo po­dría ser pu­ra­men­te japonés.

Con un j‑pop ex­plo­si­vo y di­rec­to lle­ga con una ce­le­ri­dad spee­di­ca has­ta el ce­re­bro del oyen­te; asu­me el ca­mino más cor­to po­si­ble ha­cia la su­bli­ma­ción de los sen­ti­dos. Sin de­jar nun­ca de la­do de lo que se es­pe­ra del gé­ne­ro ‑una mú­si­ca ac­ce­si­ble y con un pun­to co­me­di­da­men­te rebelde- se su­mer­ge con fuer­za en su ca­rác­ter pu­ra­men­te re­vo­lu­cio­na­rio. Cada no­ta es­tá co­mo lle­na de vi­bran­tes co­lo­res mien­tras los com­pa­ses se ven so­bre­car­ga­dos in ex­tre­mis con mil y un chi­rrian­tes efec­tos elec­tró­ni­cos que abo­tar­gan a la par que en­sal­zan su ca­rác­ter ne­ta­men­te pop. Como bue­na ja­po­ne­sa no co­pia al­go y lo de­ja en­te­ro tal y co­mo fue sino que pri­me­ro lo des­ar­ma; lo des­tru­ye. En esa vo­rá­gi­ne ani­qui­la­do­ra es don­de se si­túa la mú­si­ca de Saori@destiny ya que, des­de ese mis­mo caos, in­du­ce un nue­vo or­den des­de el cual de­be­rá en­ten­der­se el elec­tro­pop en Japón. O lo que es lo mis­mo, un ja­po­nés nun­ca co­pia sino que ac­tua­li­za los có­di­gos ob­so­le­tos pa­ra su tiem­po y espacio.

El Toho Scope es exac­ta­men­te igual en sus es­pe­ci­fi­ca­cio­nes téc­ni­cas que el Cinema Scope sal­vo por un as­pec­to en par­ti­cu­lar: el pri­me­ro se ha con­ver­ti­do en una en­ti­dad mi­to­ló­gi­ca del idea­rio ja­po­nés. Y he ahí la di­fe­ren­cia ra­di­cal en­tre oc­ci­den­te y orien­te ya que mien­tras no­so­tros bus­ca­mos me­ra­men­te en­con­trar la he­rra­mien­ta más efi­cien­te ellos crean una mi­to­lo­gía en con­so­nan­cia con su mun­do so­bre es­tas. La des­truc­ción es una reali­dad creadora.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *