Man in the Moon (en Grinderman)
Grinderman
2007
«Mi papá era astronauta». No existe frase más contundente, ni triste, en la historia de la música reciente: aquello que era suyo —recalquemos, era—, papá, no su padre, voz de niño. Astronauta. Es imposible explicar la tristeza del astronauta. Vacío. Nada. Oscuridad. Juego de metáforas donde el espacio es la muerte, la Luna el otro lado, y también el espacio y la Luna como agentes físicos del cosmos; metáforas infinitas de otras cosas, sólo en la medida que también de sí mismas. ¿Cómo interpretarlo? Sólo podemos dejarnos llevar, ver hasta donde llegamos, sin esperar nada más que la deriva en sí misma de un astronauta agonizando en el espacio. Hombrepicadora entra en acción con nuestras expectativas: no qué, no cómo. Carecería de sentido delimitar el posible significado detrás de sus versos: no es que no pudiéramos conocer la experiencia de un padre astronauta por no tenerlo, sino que la única manera de comunicarla es a través del acto poético mismo. Y de sus derivaciones.
Es triste, mínimo. Más Nick Cave con malas semillas que Nick Cave haciendo de molinillo con nadie; triste, melancólica, digna para cantar a asesinos pero sin gancho. ¿Qué le falta? Brutalidad. Es tan sencilla y atmosférica, tan amable en su presunción, que nos sumerge en un sueño amable de infancia: no estamos ante un padre ausente por algo brutal o terrible. O sí, pero prefiere recordarlo como amor difuminado en sueños. Quizás se haya ido de casa para buscar otra vida mejor, quizás está durmiendo en su dormitorio: en sueños él no está porque es un astronauta. Allí, no podemos alcanzarlo. |
Es brutal, excesivo. Picadora de expectativas, no mala semilla; descarnada, salvaje, digna para cantar con asesinos. ¿Qué le falta? Nada. Contiene dentro de sí incluso la nada que pretende transmitir, la ausencia de un padre bueno que se ausentó de forma grotesca perdido en aquel espacio que nunca ha existido. Astronauta, sí, y en la Luna: satélite o bar, tanto da. Quizás mal motel de carretera. Quizás ya no esté físicamente, quizás ya no exista en el mundo físico: en sueños, como en la memoria, permanece porque es astronauta. Allí, no podemos alcanzarlo. |