Hay un nuevo tipo de virus en la red, propagándose a la velocidad de una plaga bíblica. Cuando infecta un servidor donde se aloja algún gestor de contenidos, publica una nueva entrada con un texto fijo, traducido al idioma de la web correspondiente. También se encarga de distribuir enlaces hacia esa instancia a través de las redes sociales. La simple apertura de la página que contiene el texto ayuda a propagar el virus, que utiliza el dispositivo del cliente como puente hacia nuevos servidores.
El virus es capaz de detectar si el texto en cuestión resulta coherente con los contenidos de la web en que aparecerá publicado. De no ser así, genera un texto secundario conforme a dichos contenidos, que ejerce de introducción y justifica la presencia del texto principal. Normalmente añade una firma junto al título, algún nombre familiar, o presentado en el texto secundario. El único elemento que podría resultar extraño para un visitante habitual de la página es el título en sí, en apariencia aleatorio e ininteligible. Y sin embargo, basta con que el lector pose la vista sobre él para que su cerebro lo asimile.
Dios instaló un botón rojo en nuestras cabezas y ese título es Su dedo.
Mi nombre es AKKKTVTY. Si nunca has visitado los foros de nigramática de la dw, no te sonará de nada. Pero quizás sí te suene esa vieja creepypasta sobre una combinación de caracteres que provoca alteraciones físicas en aquellos que la leen. Se la conoce de muchas formas: vokablo, trampalabra, ex-término. Un equivalente escrito a la nota marrón que hace que te cagues encima al escucharla. Solo que el ex-término hace mucho más que eso, aunque tarde unos minutos en surtir efecto. No obstante, si en lugar de leerse se escucha carácter a carácter, el oyente queda inmunizado contra él. Enhorabuena a todos los que estáis recibiendo esta información mediante programas de texto-a-voz.
Me dirijo ahora a una persona en particular. La némesis de AKKKTVTY. Hola, perra. Sé que andabas detrás de mí, pero tecleas como la Venus de Milo. Maldita sea, si la descripción que haces de ti es real, eres una broma aún mayor: una negra ejerciendo de caballero blanco. Hasta nunca, perra.
Regreso a ti, persona anónima.
¿Me escuchas? Entonces te doy la bienvenida al nuevo orden, que no será orden, sino caos.
¿Me lees? Espero que sea en el váter: los primeros efectos del ex-término se parecen mucho a los de la nota marrón. A ti te lego el nombre de aquella que ha sido incapaz de salvarte, para que lo maldigas en voz alta mientras tu boca aún está libre de vísceras. Lo escribo aquí una sola vez, igual que lo haría en una lápida:
SH00B-NIGGA.