La adolescencia es un problemático momento de re-afirmación social en el que todo se basa en saber encontrar tu lugar en la máxima expresión de la sociedad darwiniana: el instituto. Claro que si añadimos el depredador definitivo, el zombie, el instituto se convierte en el infierno más grande jamás concebido. Esto y muchísimo más es Highschool of the Dead.
Un grupo de adolescentes que apenas si se conocen entre ellos acaban viviendo el día más horrible de su vida cuando tienen que huir, junto con una profesora de descomunales pechos, de su instituto. La supervivencia se torna solo posible cuando confían totalmente unos en otros y aprovechan sus habilidades en conjunto. Y nadie la acaba cagando creando momentos de tensión. Muy alejada del clásico esquema, ya demasiado manido, de las películas de zombies, los protagonistas van de un lugar para otro cuando se ven superados en las 48 horas que abordan estos 12 capítulos. Un auténtico tour de force de supervivencia y continuas masacres donde el factor suerte acaba siendo determinante. En este breve espacio de tiempo no solo deben luchar contra los zombies, sino también contra su propia actitud rabiosamente adolescente. El amor, la soledad y el pasado volviendo al presente se desencadenan una y otra vez para el horror de los personajes. Cada uno tendrá serios problemas con sus actitudes, aun con dejes infantiles, desde la actitud amae de Rei hasta la actitud temeraria y sangrienta de Saeko o la escasa confianza en si mismo de Takashi. Aunque al final todos conseguirán, en cierta medida, sofocar sus actitudes en una lenta pero continua evolución de sus actitudes a lo largo de la serie.
Ahora bien, la crítica principal de la serie es el uso y abuso del fanservice. Un uso bastante frecuente de cámaras sub-faldíticas y muchas tetas encuadradas con la menor tela posible ha despertado las, por otra parte incomprensibles, iras de los otakus. Aun con todo jamás empañan los momentos más dramáticos de la serie y, aun encima, están en mucha menor medida que en otros productos considerados serios según la misma comunidad otaku. De cinismo también se vive. La otra crítica, quizás entre el público más general, es el hecho de lo absurdo de las decisiones y actitudes de algunos de los protagonistas, especialmente por parte de Rei. Y es cierto, los problemas se ven sobredimensionados con fuerza por parte de los propios personajes en muchas ocasiones. Pero si seguimos la verdadera esencia de la serie, el crecimiento emocional y maduración de un grupo de adolescentes, es perfectamente lógico. Las decisiones de los personajes son arbitrarias, infantiles, se ven condicionados por problemas menores sobredimensionados hasta puntos obscenos. Osease, actúan como el adolescente medio que existe en la realidad. La serie es una oda adolescente, una orgía de sangre, erotismo y problemas amplificados todos hasta el infinito en una explosión gloriosa de puro ánimo vital adolescente. Los zombies, una masa descerebrada, intenta devorar y destruir al pequeño grupo irreductible que no se conforma con ser parte de una masa incapaz de generar nada más que la muerte intelectiva.
Saliendo victoriosa, sin ninguna clase de duda, como serie de anime de la temporada de verano, consigue darnos en una misma y breve temporada una brutal historia de supervivencia darwinista social. Los protagonistas sobreviven en un mundo donde la muerte anda acechando en todas partes en su caza mientras siguen intentando superar la tortura hacia el mundo adulto. El holocausto zombie es la extensión de la penosa experiencia del instituto.
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