sobre razones equivocadas (y no)

null

Cuando in­ten­ta­mos ven­der al­go es co­mún bus­car un pre­de­ce­sor con el cual com­pa­rar­lo que sa­tis­fi­cie­ra ade­cua­da­men­te al con­su­mi­dor pa­ra que, bus­can­do re­pe­tir esas sen­sa­cio­nes, com­pre nues­tro pro­duc­to. Así hay dos ma­ne­ras ra­di­cal­men­te di­fe­ren­tes de ha­cer­lo: una ja­po­ne­sa y una ugan­de­sa.

En Japón, a di­fe­ren­cia del res­to del mun­do, House es una se­rie que no gus­ta par­ti­cu­lar­men­te al pú­bli­co, pe­ro los de­re­chos de ven­ta del DVD per­te­ne­cen a Geneon Universal Entertainment quien tie­ne tam­bién los de­re­chos de ex­plo­ta­ción de un me­di­co muy fa­mo­so y que­ri­do de Japón, Black Jack. Así jun­tan­do en un im­po­si­ble cros­so­ver la obra de Tezuka con el bor­de más que­ri­do de oc­ci­den­te es­pe­ran au­men­tar la po­pu­la­ri­dad de la se­rie. Todo ha­cien­do una es­pe­cie de tea­ser don­de se van mez­clan­do frag­men­tos de am­bas se­ries con el im­po­si­ble ar­gu­men­to de Black Jack co­mo nue­vo miem­bro del equi­po de House. El re­sul­ta­do es un es­per­pén­ti­co cru­ce que con­ju­ga de un mo­do bas­tan­te ex­tra­ño pe­ro efi­caz am­bas se­ries. Desconozco su efec­ti­vi­dad co­mo anun­cio, pe­ro co­mo co­lla­ge pop es una delicia.

En Uganda, a di­fe­ren­cia del res­to del mun­do, aho­ra de­ci­den ha­cer ci­ne de ac­ción de ba­jo pre­su­pues­to y co­mo en Ramon Film Productions no tie­nen pro­ble­mas con la ines­ta­bi­li­dad del país ha­cen un tea­ser en­tre la Cannon y la se­rie Z de ras­tri­llo más ba­jo­ne­ra. Así nos re­cuer­da a lu­ga­res co­mu­nes de la ac­ción de la ya ci­ta­da Cannon, hos­tias a mano lim­pia dig­nas del peor ci­ne de hong kong de los 90’s e in­clu­so de­jes bour­nia­nos con más vis­ce­ra­li­dad que téc­ni­ca. Aquí no hay cru­ces de pro­duc­tos, aquí hay un amor ab­so­lu­to por un es­ti­lo de ci­ne pa­ra el cual no tie­nen re­cur­sos pa­ra imi­tar com­pe­ten­te pe­ro si el su­fi­cien­te amor pa­ra in­ten­tar­lo. El re­sul­ta­do son unos es­per­pén­ti­cos efec­tos su­ma­dos a unas hos­tias que de pu­ro or­gá­ni­cas due­le mirarlas.

Así, an­te us­te­des, hay dos ejem­plos cla­ros, uno de hy­pe y otro de amor ab­so­lu­to ha­cia lo que se in­ten­ta ha­cer. Discernir cual es cual no creo que sea un pro­ble­ma pa­ra na­die que no sea un er­mi­ta­ño per­di­do en un mon­te ol­vi­da­do sin co­mu­ni­ca­ción al­gu­na con el ex­te­rior. Desde la ge­nia­li­dad in­cons­cien­te des­de el es­pec­tácu­lo mal y bien entendido.

2 thoughts on “sobre razones equivocadas (y no)”

  1. Psicotrónicos son un ra­to lar­go pe­ro es cu­rio­so co­mo uno se ha­ce so­lo por in­ten­tar sa­car di­ne­ro y otro por una cues­tión de amor. El co­mo en dos ví­deos tan pa­re­ci­dos en esen­cia tie­nen unas in­ten­cio­nes tan dis­pa­res. Eso sí, me en­can­tan ambos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *