Algunos amigos del blog han accedido a escribir algo para este magnífico especial. El primero de ellos es Oh Mike God uno de los más acérrimos fans del blog y buen conocedor del mundo otaku.
Si vive en este siglo XIX y muere algún ser querido suyo, probablemente aparezca ante usted alguien con aspecto bonachón que le asegurará ser capaz de revivirle. Aparentemente, lo único que necesita de usted es que grite el nombre de la persona en cuestión y, lamentablemente, es muy probable que lo haga. Comprobará asombrado que acaba de encerrar al ser querido en un esqueleto mecánico que recibe el nombre de Akuma y que va a utilizarle a usted como traje. Para usted ya todo habrá acabado, pero la Congregación de la Sombra se preocupa de que no haga daño a más personas y no dure mucho entre las filas del enorme ejército del Conde Milenario utilizando para ello una inusual sustancia divina denominada Inocencia. Allen Walker es un joven que también propició la formación de un Akuma, pero la Inocencia de su brazo izquierdo permitió que sobreviviera. En el manga seguiremos sus andanzas, victorias y desilusiones junto a un reparto de personajes de lo más variado.
Es un shonen típico en algunos aspectos y atípico en tantos otros. Su originalidad reside en su ambientación, oscura (una oscuridad más misteriosa que terrorífica), mágica y fantástica. La única pega que uno puede encontrar es que las peleas llegan a ser insulsas, cada vez contra monstruos más fuertes y con nuevas habilidades, pero que realmente pueden no ser necesarias para el argumento. Por suerte, la aparición de los Noé como nuevos antagonistas hace que todo vuelva a recuperar su sentido.
En definitiva, D.Gray-Man merece mucho la pena a nivel argumental y estético. Una historia de claroscuros que nos recuerda el lado más amable de la maldad que cierne en la oscuridad.
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