¿Es el arte una forma del lenguaje? Si seguimos la interpretación que hace Derrida de Husserl, podríamos afirmar que «si nos interrogamos acerca del modo en que la evidencia subjetiva del sentido geométrico conquista su objetividad ideal, debemos señalar, ante todo, que la objetividad ideal no es solamente el carácter de las verdades geométricas o científicas. Es el elemento del lenguaje en general»DERRIDA, J., Introducción a «El origen de la geometría» de Husserl, Ediciones Manantial, Buenos Aires, 2000, p. 60 y dado que «en tanto se presenta la objetividad ideal de la geometría como carácter común a todas las formas del lenguaje y de la cultura»DERRIDA, J., Introducción a «El origen de la geometría» de Husserl, Ediciones Manantial, Buenos Aires, 2000, p. 60 no es absurdo abordar el arte como una forma posible del lenguaje, de la comunicación de conceptos humanos. Del mismo modo que la geometría tiene su propio carácter discursivo, el arte dispone de su propia forma ideal a partir de la cual edifica un lenguaje propio. Heidegger sería explícito al respecto: «el hecho de que frecuentemente no se expresen “en palabras”, no es sino el índice de un modo particular de discurso, ya que el discurso como tal comporta siempre la totalidad de las estructuras mencionadas»HEIDEGGER, M., Ser y Tiempo, Editorial Trotta, Madrid, 2003, §34, p. 185.
El arte puede ser una forma del lenguaje. En particular, siguiendo a Heidegger, la comunicación de las posibilidades existenciales es la finalidad propia de un tipo de discurso en particular, uno próximo al arte: el «poetizante»HEIDEGGER, M., Ser y Tiempo, Editorial Trotta, Madrid, 2003, §34, p. 186. Ahora bien, ¿qué entiende Heidegger por «poetizante»? O es más, ¿cuál entendería que es la esencia del poema que permite comunicar en el lenguaje las posibilidades de la existencia? «El poema está pensando aquí en un sentido tan amplio y, al mismo tiempo, en una unidad esencial tan íntima con el lenguaje y la palabra, que no queda más remedio que dejar abierta la cuestión de si el arte en todos sus modos, desde la arquitectura a la poesía, agota verdaderamente la esencia del poema» HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 48, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15). Debemos pensar que, lo que aquí entiende por poema, no es estrictamente el poema como una clase de escritura, sino que «todo arte es en su esencia poema en tanto que un dejar acontecer la llegada de la verdad de lo ente como tal»HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 47, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15). La obra de arte erige el propio sentido de verdad del mundo. Pero en tanto el mundo es algo cuyo origen se da en la obra de arte, en el lenguaje, la verdad se da, por extensión, en correlación con el mundo; el mundo es el descubrimiento de la verdad del ser de lo ente en su abrirse a la posibilidad. O, en palabras de Heidegger en El origen de la obra de arte:
La obra de arte abre a su manera el ser de lo ente. Esta apertura, es decir, este desencubrimiento, la verdad de lo ente, ocurren en la obra. En la obra de arte se ha puesto a la obra la verdad de lo ente. El arte es ese ponerse a la obra de la verdad HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 20, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15).
La obra de arte abre el ser de lo ente, lo cual significa que mundaniza lo que antes era mero ambiente: convierte en Welt (mundo), Umwelt (entorno/mundo circundante) o Mittwelt (comunidad) aquello que sólo era Umgebung (ambiente/espacio geográfico): hace mundo de lo real. Ahora bien, «¿qué quiere decir aquí eso de real? Para nosotros es real lo que es de verdad. Es verdadero lo que corresponde a algo real y es real lo que es de verdad»HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 29, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15); es verdad aquello que se sostiene sobre la realidad, el mundo que se erige desde lo real y no desde la nada; la obra de arte está correlacionada con la apertura del mundo porque en la obra de arte es donde se produce la apertura del mundo. Por eso «de lo que se trata es de empezar a abrir los ojos y de ver que hay que pensar el ser de lo ente para que se aproximen más a nosotros el carácter de obra de la obra, el carácter de utensilio del utensilio y el carácter de cosa de la cosa»HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 19, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15). Lo que podemos ver con mayor facilidad en la obra de arte que en el lenguaje natural es como ésta puede verse involucrada en su propio desarraigo del mundo. Debemos tener en cuenta que todo desarraigo del lenguaje implica, necesariamente, una resignificación del mismo.
Las «esculturas de Egina» de la colección de Múnich, la Antígona de Sófocles en su mejor edición crítica, han sido arrancadas fuera de su propio espacio esencial en tanto que las obras que son. Por muy elevado que siga siendo su rango y fuerte su poder de impresión, por bien conservadas y bien interpretadas que sigan estando, al desplazarlas a una colección se las ha sacado fuera de su mundoHEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 21, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15).
En la traducción de la lengua en la cual fue articulada, Antígona de Sófocles está en el exilio con respecto de su propio mundo. Pero incluso aunque lo leamos en griego clásico estaríamos en la misma situación: en tanto lengua muerta, su comunidad, su Mittwelt, está desaparecida. ¿Significa eso que como obra de arte no tenga valor alguno? En absoluto, ya que «el ser-objeto no constituye el ser-obra de las obras»HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 21, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15) del mismo modo que Heidegger entiende que el signo no es sólo lo que señala un útil, sino también un útil en sí«El signo no es una cosa que esté en esa relación que es el señalar hacia otra cosa, sino que es un útil que lleva a circunspección explícita un todo de útiles, de tal manera que, junto con ello, se acusa la mundicidad de lo a la mano» HEIDEGGER, M., Ser y Tiempo, Editorial Trotta, Madrid, 2003, §34, p. 186; por tanto «el único ámbito de la obra, en tanto que obra, es aquel que se abre gracias a ella misma, porque el ser-obra de la obra se hace presente en dicha apertura y sólo allí»HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 21, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15): toda obra de arte tiene una condición cultural-histórica que se da en el Mittwelt, pero su auténtico valor se da en tanto origina una cierta verdad para el Welt. La obra de arte que sobrevive a los siglos es porque se comunica con aquello que hay de eterno en el hombre.
Todo Welt es frágil, porque todo fluye. La comunidad, en tanto parte del mundo y como forma del mundo, es siempre una forma que está al borde de su propia extinción; una comunidad que pierde su lenguaje deja de ser una comunidad. Por eso la comunidad sin una lengua propia, que no se adapta a sus necesidades originarias, jamás puede ser una comunidad en tanto tal. Por esa razón si «en la obra la que obra es la verdad, es decir, no sólo algo verdadero»HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 33, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15) —lo cual implica, a su vez, que la verdad es coyuntural al sentimiento de las personas y no sólo a lo consensuando a priori como verdadero — , una comunidad sin lenguaje, sin arte, es una comunidad que carece de identidad. Si copia la de otra comunidad, en nada se diferencia de aquella; si carece de lenguaje, entonces no puede comunicarse. Toda comunidad no lo es sólo en el ámbito del Welt, de un ideal compartido por la humanidad, sino que también lo es en sus niveles más particulares de cómo se articula el mundo en comunidad (Mittwelt) o mundo del yo (Selbstwell). No puede existir una comunidad sin lengua propia, sea este un lenguaje natural o una forma artística.
«La realidad efectiva de la obra se determina en sus rasgos esenciales a partir de la esencia del ser-obra»HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 44, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15), por lo cual no puede erigirse una obra que no implique un pensamiento propio, nacido de un Selbstwell personal circunscrito en un Mittwelt atravesado por la condición necesaria del Welt que habitamos. Como ya sabemos por Husserl, la verdad va de lo más particular, el mundo del yo, a lo más general, el mundo: he ahí la importancia de la comunidad.
Teniendo en cuenta que «el lenguaje es aquel acontecimiento en el que se le abre por vez primera al ser humano el ente como ente»HEIDEGGER, M., «El origen de la obra de arte», Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1996, p. 48, En linea: www.portalentretextos.com.br/livros-online-dw.html?id=117 (Última revisión: 18/06/15), la importancia de tener una lengua propia se hace patente —porque sin lengua propia no podríamos comunicar nada — , pero también la necesidad de otras lenguas posibles: es imposible pensar de forma original, crear mundo, y llegar hasta lo universal, lo inherente al ser humano, si no es desde una lengua ajena. O desde la ausencia de lengua. Y dado que toda lengua está siempre mediada por la comunidad, por el Mittwelt, el arte es una forma eficiente de adueñarnos del extrañamiento necesario para poder conocer ya no sólo al poeta (Selbstwell) o el contexto de la época que habitaba (Mittwelt), sino el mundo en sí mismo (Welt).
Deja una respuesta