Mirar al pasado en ocasiones puede ser un modo de intentar comprender un presente que nos supera en su condición de perentoriedad. Del mismo modo se puede mirar al pasado de la obra de un artista para entender el ahora de éste, el como se desarrolló hasta alcanzar los actuales vicios y virtudes que desprende. Por eso Obras cortas de Naoki Urasawa es el complemento perfecto para comprender la magnífica obra del mangaka.
Contra todo pronóstico, lejos de la gravedad épica que imprime en sus obras Urasawa, una de las constantes de estas obras es el humor. Ya desde BETA!!! y especialmente haciendo hincapié en la saga del Singing Policeman nos encontramos unos primeros pasos, aun lejos de la precisión pictórica actual del autor, con un humor socarrón y bastante tontorrón. Pero ya encontramos uno de los recursos favoritos del autor: los giros inesperados en el final de la aventura. Esto se presencia de forma especialmente tangible en Al salir de clase o Adiós, Mr. Bunny que se basan en un dramatismo mínimo o una situación absurda para encauzar todo hacia un final diametralmente opuesto al tono general que ha ido llevando la historia. Así el maestro nos desvela como fue perfeccionando sus armas actuales en breves píldoras de gran interés para el fan. Pero, ¿donde queda el gran tema de toda la obra de Urasawa, los hombres normales haciendo cosas extraordinarias? Ya se encuentra aquí y además, en algunos de los mejores cómics.
Ya desde la inacabada historia N·A·S·A nos invita a soñar lo imposible, un hombre recién entrado en los 50’s busca de forma desesperada el poder viajar al espacio con un cohete de creación civil. En esta historia nos va presentando de forma metódica y precisa cada uno de los personajes que intervendrán conformando la posibilidad única que sería imposible cada uno en solitario. Aunque no deje de ser la misma historia Old Western Mama acaba por defender la misma postura, sólo que salvo desde la solidaridad familiar. Así una ancianita a la que intentan desalojar por el valor del suelo donde se asienta su casa se opondrá activamente a moverse de allí mientras rememora la historia de la misma. Y es que no sólo en lo extraordinario se mueve Urasawa, sino que también cabe ocuparse de esa épica de lo cotidiano que tan buenos resultados da en el cómic. Para acabar cabría citar Nana de Shinjuku que aborda la otra gran problemática de Urasawa, el poder de la memoria perdida. Con una historia fragmentada, velada entre mentiras y medias verdades, conocemos la historia de una víctima de la trata de blancas sin llegar a saber jamás cual es la verdad tras su memoria escondida.
Si en el pasado se encuentra el reflejo de lo que somos entonces Urasawa ha quedado retratado con una puntería excepcional en sus obras de juventud. Entre una calidad desigual se nos muestra desnudo, casi como intuyendo las lineas generales por las cuales discurrirá su obra presente pero entonces aun futura. Aun cuando no lo parezca el tiempo condiciona nuestro ser.
Enhorabuena por este post, os invitamos también a que visitéis el que hemos publicado nosotros sobre este mismo libro. La verdad es que tiene muy buena pinta.
¡Nos leemos!